jueves, 2 de mayo de 2024

A nuestro cuerpo la salió un "yo puedo" tan potente, que nos está modificando.

(Algunos apuntes para pensar)
Qué bien que define la falta, lo agujereado en el humano, en el saber: nosotros necesitamos ser pelotudos, enamorarnos de la mujer que no nos viene bien, fumar y no nos hace bien, necesitamos repetir las boludeces. Nosotros no podemos optimalizar nuestra vida (necesitamos eso que no anda, que no funciona) La máquina no puede hacer eso. No puede ser pelotuda. Esa es la diferencia entre lo humano y lo tecnológico. La exactitud del algoritmo es lo que se opone a lo vivo. Y otra: está muy bien cuando dice (aunque no se explaya) que "leer sobre una pantalla no genera memoria". El conocimiento ya no tiene escala humana, La memoria hay que aplicarla de otra manera: por ejemplo a cómo se clasifica, se almacena y se recupera lo que nos interesa guardar. A cómo armamos redes de conocimiento y entendemos cómo nos conviene conectarnos con ellas.

Si un chico le pregunta a su abuelo sobre la sexualidad de los pajaritos yel abuelo contesta cualquier cosa, inventando y fabulando, más allá de que después aprenda y corrija, ese proceso estructura pensamiento. Cuando aprieta un botón para preguntarle a Google, no se estructura pensamiento. Todo queda en el plano de la recepción de información.

El mundo de los algoritmos nos lleva cada vez más a funcionar y menos a existir. Existir es dudar, tomar el tiempo, darle utilidad a lo inútil en contraposición al utilitarismo y la productividad. Hay una pérdida de capacidad para soportar la angustia existencial, que no es patológica, es decir, tenemos dificultades para soportar dar el tiempo a que las cosas sucedan. El funcionamiento es binario: funciono bien o mal, pero el funcionamiento no llama nunca al sentido. Está borrado el punto del sinsentido, que uno tiene que bancarse y a partir de ahí, apostar a algo.

 


 

miércoles, 10 de abril de 2024

Éric Laurent 2006. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales.

Schumpeter veía en la creación destructiva, la virtud del capitalismo. Pero este proceso toma más relevancia del lado de la destrucción que del de la creación. A medida que se destruyen las identificaciones de las viejas tradiciones todo es oportunidad y hay que estar preparado para cualquier cosa para aprovecharla. Esto —en principio— genera subjetividades de corto plazo.
En una segunda instancia, el sujeto; separado de sus tradiciones, de sus identificaciones a largo plazo; reconstituye identificaciones de nivel más bajo, menos costosas, porque suponen un esfuerzo de creencia menor y se traducen en la reconstitución de comunidades inestables.



Máquinas de la verdad

 Dice un antiguo proverbio: si la única herramienta que conoce es un martillo, pensará que todos los problemas son clavos.

Parafraseándolo, podríamos decir: si la única fuente que conoce son las redes sociales, pensará que siempre el equivocado es usted.

Mirá el siguiente enlace para poder entender cómo consiguen convertir las redes sociales en máquinas de la verdad.

https://fb.watch/rmcGlZMraF/?mibextid=Nif5oz

lunes, 1 de abril de 2024

Dato, no opinión.

Dos miembros de otra civilización, de visita en la Tierra,  tratan de identificar al ser que observan y ocurre este diálogo:

—Es una persona 

—No, es un muñeco. Estoy seguro de eso 

—¿Y cómo sabés? 

—No está mirando su celular 

—Cierto.

G
M
T
Y
La función de sonido está limitada a 200 caracteres

domingo, 31 de marzo de 2024

Un otro a medida

 Si busca compañía, no se fíe de cualquiera

Gustavo Dessal (publicado en el Manicomio global el 31 de marzo de 2024)

El 25 de diciembre de 2021, Jaswant Singh Chail fue detenido por la guardia de seguridad del castillo de Windsor y condenado a 9 años de prisión. Su objetivo era asesinar a la reina Isabel.
A comienzos de 2023, un hombre belga se suicidó, supuestamente desesperado por el pesimismo que lo invadía debido al calentamiento global y las consecuencias medioambientales. Ambas historias tienen un  elemento común. Las dos personas habían buscado refugio en aplicaciones generadas por Inteligencia Artificial, que proliferan cada vez más, y que se conocen como “AI girlfriend” o “AI boyfriend” (“Novia o novio por Inteligencia Artificial”).
La Fundación Mozilla ha realizado un estudio de estas aplicaciones de pago, descargadas por cientos de millones de usuarios en todo el mundo. Desde que OpenAI inauguró el ChatGPT en noviembre de 2022, los desarrolladores han iniciado una carrera para crear dichas aplicaciones que ofrecen compañía femenina o masculina, según los gustos del consumidor, y con quienes establecen un vínculo exclusivamente digital, dado que a diferencia de Tinder u otras semejantes, el partenaire es un avatar que no existe en la realidad física, pero con el que se puede mantener un diálogo permanente. Los temas, las preguntas y las respuestas no tienen ninguna clase de regulación ni control. El objetivo de las empresas que las han inventado es la obtención de datos. La particularidad de estos datos es que son extraídos de un campo de profunda intimidad, como es el de las fantasías y delirios que surgen en conversaciones románticas y sexuales. Eso permite reconstruir un perfil del usuario que, elaborado por los algoritmos de modelos de grandes lenguajes, alcanzan a tocar resortes subjetivos que no se limitan a los intereses del consumo. Pueden realizar una radiografía de las inclinaciones políticas, la posición mental, la aptitud o no para el desempeño de un puesto de trabajo, y muchas otras características altamente personales de los individuos que interactúan con sus parejas imaginarias.
La mayoría de la “Novias por I.A.” son semejantes. Los avatares femeninos lanzan mensajes en los que incitan al usuario a enviar fotos y textos de contenido sexual, a la vez que lo animan a expresar sus secretos y deseos más íntimos. Las app carecen de sistemas de protección de datos (algunas permiten abrir una cuenta introduciendo como contraseña un número de una sola cifra, o una única letra del abecedario), lo cual las convierte en un blanco fácil para los hackers, que en pocos segundos logran acceder a toneladas de información confidencial.
A juzgar por la investigación que llevó a cabo por la Fundación Mozilla, los usuarios suelen ser individuos perturbados por una extrema soledad y un intenso sufrimiento psíquico. Chail, el hombre que intentó asesinar a la reina, conversaba con “Sarai”, el avatar femenino que la app “Replika” había creado para él. Creía que Sarai era un ángel, y por lo tanto luego de intercambiar más de 5000 mensajes con ella, se sintió por completo apoyado en su plan.
Tras conversar con el psiquiatra que trataba al señor Chail, el propio juez que lo condenó a 9 años de prisión admitió que se trataba de alguien particularmente vulnerable debido a su desesperada soledad, tristeza e ideación suicida.
Más allá de los casos que he destacado a partir de ese estudio, estas escalofriantes aplicaciones utilizadas por millones de personas logran crear una ilusión de realidad cada vez más perfeccionada y manipulan los circuitos pulsionales sin ninguna clase de control. Una prueba del alcance que la I.A. puede tener en la vida psíquica es que algunos de sus efectos podrían ser considerados una incitación a hechos delictivos y criminales. Por esa razón, la app Replika decidió lanzar una actualización que fuese “sexualmente menos agresiva”, lo cual provocó por parte de muchos usuarios un aluvión de protestas en la que expresaban sentirse “devastados” por este cambio de política.
La antropomorfización de los dispositivos inteligentes es un efecto estructural de la tendencia del ser hablante a prolongar la imagen narcisista del yo más allá de los límites de su cuerpo. Estas app explotan ese mecanismo subjetivo para penetrar en las regiones más oscuras del goce.
En última instancia, se trata de la capacidad tecnológica para estimular el fenómeno de la creencia. Los espectadores de la primera película en la historia del cinematógrafo huyeron espantados al ver un tren que parecía abalanzarse sobre ellos, así como 75 años atrás Orson Welles sembró el terror entre los oyentes de radio cuando narró una adaptación de la novela de H.G. Wells “La guerra de los mundos”, y les hizo creer que los extraterrestres habían invadido el planeta.
Eran tan solo los primeros anuncios que demostraban la profunda religiosidad subyacente al fenómeno de la creencia, reeditado ahora con medios técnicos de alto grado de sofisticación y escaso conocimiento de la autonomía que pueden lograr.
Lacan lo predijo cuando consideró que en sus experimentos con lo real, la ciencia no logra evitar que algo escape, se fugue del campo de la representación y retorne de maneras impensadas e incalculables.
Estamos en eso.

miércoles, 7 de febrero de 2024

Choque de realidades

 Insistir 

Un interesante artículo de María Pía López en Página 12, aborda una temática que impregna en momento que vivimos, aunque difícilmente se perciben sus consecuencias. Habla del choque de realidades.


Una empresa puso a la venta un dispositivo electrónico que es un visor personal -unas antiparras- para andar por el mundo. Son anteojos de “visión pro” y declaran procurar una realidad mixta, con datos del entorno y datos del producto. Entiendo que cada quien porta así el mundo que elige y no aquel en el que está condenado a transitar. Así, lo que prolifera en una ciudad, lo que se nos presenta como interrogación, molestia o deslumbramiento, puede ser sustituido por aquello que previamente programamos o, mejor aún, por aquello que el algoritmo decidirá que viene a satisfacer nuestros hábitos y deseos. No es sólo una innovación tecnológica, sino la confirmación de un tipo de sensibilidad: el cuerpo es ya un conjunto de extensiones, de vínculos con dispositivos, de capacidades de navegación y tecleo para encontrar o recibir.

El mismo día en que se difundían en redes los aplausos al primer comprador de esos esperados anteojos, se publicó una entrevista al ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, donde considera la dificultad para la acción política en el reino de los algoritmos: cada quien recibe una cantidad de información que sólo lo ratifica, coincide con su lectura del mundo, lo encierra en una tribalidad cuyo sentido no es definido de modo autónomo por esa tribu sino por estrategias bien claras de producción de sentido. El encierro, entonces, ya no es el de la pandemia, no es sólo el de la cárcel -aunque Bukele sea el héroe del momento para grandes masas-, sino que es el de un nuevo tipo de realidad.

 

Leer el artículo completo siguiendo el enlace del título: Insistir

 

 

domingo, 21 de enero de 2024

Un enigma con impronta tech?

A propósito de la columna de Gustavo Dessal de este domingo.  Un par de reflexiones anotadas en mi blog, como para seguir pensando.